Gracias

Gracias a todos ustedes por las palábras de apoyo, los posts, los emails, los chats. Es bueno saber que cuento con gente linda, que siempre está dispuesta a darme una mano cuando lo necesito.

En realidad, aunque lo veía venir, se me hizo super duro no poder estar con mi familia en un momento como este. Pero así es la vida. Seguiremos adelante y ya vendrán días mejores. Al fin y al cabo, sé que mi abuelito está mejor ahora; sin dolor, sin sufrimiento. Eso me da mucha paz.

Ayer pasó algo increíble que me hizo sentir mucho mejor. Estuve triste casi todo el fin de semana, y mi hermana quedó en llamarme desde el cementerio, en el momento de la bendición. El momento de la llamada fue tenáz para mi. Escuchaba a todos llorar y luego escuché las palábras de mi padre. Al finalizar todo, rezamos todos juntos y me despedí. Al salir del baño (en donde me encerré para hablar sin ruido) lloré un rato más y de pronto... todo se fué. Fué como que habían quitado un peso de mis hombros. Es increíble el poder de una oración y una despedida... aunque sea a miles de millas de distancia.

La vida continua...